Recinto Amurallado

 

Al final del siglo XVII el primitivo núcleo de Llançà ocupaba una pequeña colina alrededor del Castell – Palau de l’abat y la reciente construida iglesia parroquial. El recinto fortificado constaba de un perímetro de dos-cientos metros de murallas y seis torres defensivas, un trazado que coincidía con las fachadas de las calles Pilota, Muralla y Salmerón. El recinto amurallado daba protección a unas sesenta familias que totalizaban los tres cientos habitantes de la vila. De esta época solo se conserva la estructura vial, el castillo, hoy particular, la iglesia y la arcada que cruza la antigua calle conocida como la Força Vella. Tanto el caserío, como las murallas sufrieron los efectos de crecimiento y modernización de los siglos XVIII y XIX y la última torre fue demolida el año 1899.